
Todo comenzó por unas vacaciones que Selfridge tuvo en Italia y recorrió <<tres mil kilómetros por campo y ciudad, en medio del polvo y bajo la lluvia>> (P.91)
Ahí Martin Selfridge vio alguna pega a la Vespa y pidió alguna modificación a Piaggio, modificaciones que este último aceptó excepto eliminar el freno delantero y la instalación eléctrica.
En 1952, ya se piden 5.000 unidades
Según el New York Times, a finales del año 1955, <<a treinta millones de familias norteamericanas les vendría bien disponer de un segundo coche, pero no pueden permitírselo>>; así pues, la venta de 20.000 Vespas en cuatro años podría considerarse sólo un ensayo.
Se comenta que hasta Elvis Presley tuvo una vespa de color blanco
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